La obra de Patricia Highsmith se desarrolló
principalmente durante la época posterior a la Segunda Guerra
Mundial. Patricia parte del modelo de las novelas policíacas y de
intriga, aunque sin ajustarse por completo a las convenciones de las
mismas. Por ejemplo, su personaje más célebre, Mr. Ripley, presenta
una profundidad de carácter mucho más rica y matizada de lo
habitual en el género en cuestión.
La narrativa estadounidense disfruta su época de máximo
esplendor durante los años en que Patricia Highsmith lleva a cabo su
obra. Estados Unidos no sólo se erige en la potencia hegemónica en
el mundo en antagonismo con la Unión Soviética, sino que su
literatura, especialmente su novelística, ejerce una enorme
influencia en escritores de todo el planeta.Entre los narradores norteamericanos contemporáneos a la obra de Patricia Highsmith, destacan los de origen sureño como William Faulkner con su renovación de las técnicas narrativas, o Truman Capote y Flannery O'connor, que junto a Highsmith siguió la senda de la narrativa escrita por mujeres cuya máxime representante había sido la inglesa Virginia Wolf. Probablemente, los autores que ejercieron una mayor influencia en Patricia Highsmith fueran los máximos representantes estadounidenses de la literatura de detectives, Dashiel Hammett y Raymond Chandler (encargado del guión para la versión cinematográfica de Extraños en un tren). Su estilo económico enlaza con Guy de Maupassant y, en algunas de sus obras, con el estilo casi periodístico de Heminghway.
La maldad y la ambición que caracteriza a los personajes de Highsmith enlaza con los sangrientos conflictos que asolaron el mundo durante la vida de la autora (Segunda Guerra Mundial, conflictos durante la descolonización de los imperios europeos, Guerra Fría). También refleja llevada hasta el extremo la mentalidad individualista de una sociedad que pasa del capitalismo industrial al capitalismo financiero.