27 febrero, 2013

La crisis del sistema de la Restauración




La crisis del sistema de la Restauración (1902-1923) 
1. Introducción: situación político-social en la España de comienzos del XX:
 En 1900 España era todavía un país agrario, con dos tercios de la población trabajando
en una agricultura atrasada que hacía que esta población campesina viviese en la
miseria. Esta situación hizo ver a los españoles, tras el desastre de 1898, que la distancia
que nos separaba de Europa era mayor que en cualquier otro momento de nuestra
historia. A este atraso hay que sumar el injusto reparto de la riqueza, especialmente de
la principal fuente de riqueza de ese momento: la tierra. Esto propició el desarrollo de
un movimiento obrero y campesino muy reivindicativo en una sociedad cada vez más
radicalizada y dividida. Este atraso era también cultural, con tasas de analfabetismo
desconocidas desde hacía muchos años en la Europa más desarrollada: en 1900 el 56%
de los hombres y el 72% de las mujeres era analfabeta.
 Por otra parte la incultura de esta sociedad, que además estaba poco politizada,
permitía la existencia de un régimen político corrupto dominado por el caciquismo en el
que las instituciones no representaban al pueblo ni en ellas se discutía los problemas de
los ciudadanos. A pesar de que nominalmente era un sistema democrático, en la práctica
solo representaba los intereses de la oligarquía.
 Finalmente la España de principios del siglo XX tenía un grave problema militar, con
un ejército humillado por la derrota de 1898, mal dotado en armamento y con un exceso
de jefes y oficiales. Este ejército además pronto va a chocar con los nacionalismos
periféricos que cuestionan en su opinión la unidad de la patria y ello va a dar lugar a
graves incidentes, especialmente en Cataluña.
2. Evolución política:
 Fase regeneracionista:
a) Gobierno de Maura: Revolución desde Arriba y Semana Trágica:
El desastre del 98 creó desencanto y dejó un claro sentimiento de pesimismo en todo el
país. En 1902 Alfonso XIII llegó a la mayoría de edad y los políticos, influidos por las
corrientes regeneracionistas van a intentar solucionar los problemas pendientes.
Una buena parte de la sociedad exigía una "regeneración" del país basada en la
moralización de la gestión pública, reforma del Estado, fomento de la riqueza e impulso
a la enseñanza pública. (Despensa, escuela... de Costa).
El maurismo: 1903-1909: el segundo intento regeneracionista (el primero
Silvela-Polavieja 1899-1900: abordan algunos problemas como el equilibrio
presupuestario, política social, creación del ministerio de instrucción pública,
apertura a la descentralización), vino también de la mano de los conservadores
que habían encontrado en Maura un nuevo líder. Maura va a representar el
reformismo autoritario, "la revolución desde arriba".
Pero durante sus primeros gobiernos (1903-1904 y 1907) Maura no consiguió
hacer realidad su programa:
* El proyecto de reforma de la Administración local fue frenado por la violenta
oposición de liberales y republicanos: sustituía el sufragio universal por el
corporativo (se vota según los oficios).
* Su ley electoral de 1907 no atacó tampoco las posibilidades de los caciques de
manipular los resultados.
El crecimiento de la oposición: la crisis del 98 favoreció en Cataluña el
desarrollo del catalanismo político. La Lliga Regionalista, rompiendo el
caciquismo, consiguió importantes éxitos electorales en Barcelona y aparece como una fuerza política que lucha por la autonomía de Cataluña y la reforma
del Estado español.
La fuerza rival de la Lliga será el Partido Radical de Alejandro Lerroux
(republicanos exaltados) que consiguió un importante apoyo popular en
Barcelona: atacaban el carácter conservador de la Lliga a la que calificaba de
burguesa, clerical y separatista.
Otros grupos republicanos son partidarios de un acercamiento al sistema político
vigente (Melquiades Alvarez).
En cuanto al socialismo el PSOE, UGT consolidan su predominio en el País
Vasco, Asturias y Madrid. A partir de 1907 se produjo un acercamiento táctico
de los socialistas a los republicanos e incluso a los liberales para oponerse a la
política derechista de Maura. En 1909 se formó la Conjunción RepublicanoSocialista que consigue éxitos en las elecciones municipales y permitió que
Pablo Iglesias fuese elegido diputado por Madrid en 1910 (todavía lejos de otros
partidos socialistas europeos).
El anarquismo continúa dividido en diferentes tendencias. Persisten los
atentados y las bombas: Maura, Alfonso XIII el día de su boda. A principios de
siglo el obrerismo se reorganizó y dirigió importantes movilizaciones (huelga
general de Barcelona de 1902). Esta reorganización propició la creación de la
CNT en 1910.
La crisis de 1909: las repercusiones de la Semana Trágica condujeron a un
enfrentamiento entre derechas e izquierdas que implicó, de hecho, la caída del
gobierno de Maura y el final de convivencia pacífica entre conservadores y
liberales.
La guerra del Rif y la Semana Trágica:
El Rif (Marruecos) era una zona concedida a España en la Conferencia
Internacional de Algeciras (1906). La presencia española respondía no sólo a la
protección de Ceuta y Melilla, sino también a diversos intereses:
* Algunos sectores del ejército pretendían rehacer su prestigio tras el desastre de
1898.
* Los políticos dinásticos pretendían hacer jugar de nuevo a España el papel de
"potencia colonial".
* Algunas compañías como por ejemplo la Sociedad de Minas del Rif aspiran a
explotar ricos yacimientos.
Ante los ataques rifeños, el gobierno de Maura movilizó tres levas de reservistas
(soldados ya licenciados) > hostil reacción popular por el recuerdo del desastre
de Cuba y por la injusticia del sistema de reclutamiento.
La prensa republicana y obrerista denunció los intereses que había detrás de las
compañías mineras que estaban en el Rif: altas personalidades de la vida política
(Conde de Romanones, conde Güell, marqués de Comillas...).
En Barcelona se creó un comité de huelga formado por socialistas y anarquistas
que convoca una huelga general pacífica contra la guerra. Los lerrouxistas
dieron a su prensa un tono muy beligerante y anticlerical. La protesta pacífica
degeneró en una revuelta incontrolada al generalizarse los asaltos y los incendios
a edificios religiosos, no sólo en Barcelona, sino en otras localidades. Por fin las
tropas enviadas por el gobierno ponen fin a la revuelta (100 muertos y 88
conventos o iglesias quemadas). El carácter desproporcionado e indiscriminado de la represión (fusilamiento de
Ferrer y Guardia, 1000 detenidos) acentuó la división derecha-izquierda. En
octubre de 1909 Moret y Canalejas anuncian que el Partido Liberal rompe
relaciones con el conservador e iniciaba una campaña de boicot total al gobierno
(campaña "Maura no"): el rey retira la confianza a Maura y encarga a Moret la
formación de un nuevo gobierno: el turno había dejado de ser pacífico y el
sistema de la Restauración comienza a resquebrajarse.
b) Gobierno de Canalejas: la versión liberal. 1910-1914.
Los liberales con Moret hasta 1910 y Canalejas hasta 1912 tampoco tienen el éxito
esperado en su intento reformista.
El reformismo liberal recupera buena parte del programa de los revolucionarios del 68:
democratización del Senado, reforzamiento de la administración local, proyecto de
reforma del Concordato (acuerdo entre el Estado y el Vaticano), fomento de la
enseñanza pública... Canalejas llevó a cabo un nuevo intento regeneracionista basado en
el reforzamiento del poder civil sin lesionar los intereses de la Iglesia (p.e. "la ley del
candado", que establece que no se podrán instalar en España nuevas órdenes religiosas,
se respeta a las que hay).
El problema regionalista se encara con concesiones descentralizadoras: en 1914
comenzó a funcionar la Mancomunidad de Cataluña, una federación de las cuatro
provincias catalanas con autonomía administrativa.
Atacado por la derecha y debilitado por las divisiones dentro del Partido Liberal, el
programa reformista de los liberales fracasó. El asesinato de Canalejas en 1912 abrió
una lucha por la dirección del partido que lo dividió en grupos rivales (partidarios de
Romanones, y de García Prieto). Un proceso parecido se produjo en el Partido
Conservador entre partidarios de Dato y de La Cierva a partir de 1913.
 Fase convulsa:
a) Impacto de la 1ª Guerra Mundial:
La neutralidad española tuvo repercusiones importantes en la economía española:
necesidad de autoabastecerse de una serie de productos que antes de la guerra eran
importados y la posibilidad de exportar productos industriales y agrarios a los países
beligerantes.
La economía española se lanzó: superávit en la balanza comercial de 1915-1919. Las
exportaciones textiles y de productos siderúrgicos y la sustitución de importaciones hizo
crecer algunas industrias y diversificó la estructura industrial (química, carbón,
mecánica...).
Se produjo también una fuerte acumulación de capitales y un gran aumento de los
beneficios: consolidación de la gran banca y su papel en la industria: modelo de
desarrollo capitalista basado en un pequeño grupo de bancos (Bilbao, Vizcaya, HispanoAmericano, Urquijo...) que dominaban sectores clave de la economía.
A la larga el proceso fue puramente especulativo, coyuntural, sin continuidad al acabar
la guerra; y por otra parte los beneficios del mercado exterior tuvieron como
contrapartida unos efectos negativos sobre el mercado interior: alza de precios notable,
pérdida de poder adquisitivo de los salarios (en 1917 era el 80% del que tenían en
1914). En estas condiciones la conflictividad social aumentó desde 1915.
b) Crisis de 1917:
El fraccionamiento y el desprestigio de los partidos dinásticos condujeron al sistema de
la Restauración a su crisis definitiva en 1917. La neutralidad española en la primera guerra mundial permitió un crecimiento importante que contribuyó al recrudecimiento
de las tensiones sociales.
 La actitud autoritaria del gobierno de Dato, que se negaba a abrir las Cortes, facilitó la
convergencia de catalanistas, reformistas, republicanos, socialistas y algunas facciones
liberales en un movimiento que exige una reforma profunda del sistema político. El 19
de julio de 1917 estas fuerzas se reúnen en la Asamblea de Parlamentarios de Barcelona
que exigen al gobierno la convocatoria de unas Cortes constituyentes. La Lliga y
Cambó aparecen como principales promotores de este movimiento.
Los asambleístas confiaban en la neutralidad del ejército inmerso en el problema de la
creación de Juntas Militares de Defensa, movimiento corporativo y clandestino
enfrentado con el gobierno de Dato: reclaman cambios en el sistema de ascensos y
exigen mejoras económicas (mandos medios).
En cuanto a las fuerzas sindicales se confiaba en que el PSOE y los republicanos
facilitarían un amplio apoyo popular y frenarían los posibles radicalismos
revolucionarios. Sin embargo, la izquierda obrera quería ir más allá de los objetivos de
Cambó. A principios de agosto el comité conjunto CNT-UGT promovió una huelga
general revolucionaria con el objetivo de formar un gobierno provisional. El radicalismo
de este movimiento desconcertó a los asambleístas reformistas, condenaron la huelga
revolucionaria y ello permitió al gobierno utilizar el ejército para reprimir la protesta
(balance: 80 muertos y 2000 detenidos).
La crisis política de 1917 finalizó de hecho, en noviembre, al formarse un gobierno de
"concentración" en el que participan por primera vez los nacionalistas catalanes. Ello
significaba:
- el fin del monopolio del poder por los partidos dinásticos.
- fracaso del programa reformista de los asambleístas.
 Situación crítica: Gobiernos de Concentración - Conflictividad social 
a) Gobiernos de concentración y agitación social:
Los años que van de 1917 a 1923 se caracterizan por la presencia de un potente
movimiento obrero que lleva a las fuerzas políticas burguesas a una actitud de
mantenimiento del orden público antes que cualquier reforma. Cambó participó en dos
ocasiones en gobiernos de concentración que no dieron más estabilidad política a la
situación.
La conflictividad social se generalizó y alcanzó una extensión desconocida hasta
entonces no sólo en los centros industriales, sino también en zonas agrarias. Esta
radicalización estaba motivada, entre otros factores por:
- actitud intransigente de las organizaciones patronales para combatir el movimiento
obrero: lockout el invierno de 1919-20 que dejó a 200000 trabajadores catalanes dos
meses sin trabajo.
- la euforia revolucionaria de los sindicatos y partidos obreros que confiados en su
fuerza (en 1919 la UGT tiene 211.000 afiliados y 700.000 la CNT) se lanzan a un
combate que consideran definitivo (revolución rusa) para su emancipación social.
En el campo, los jornaleros andaluces paralizaron la cosecha en 1918, 1919 y 1920
("trienio bolchevique") y adquieren tintes de revolución social: ocupación y
repartimiento de tierras...); en Barcelona y su cinturón industrial, la lucha obrera
dirigida por la CNT, adquiere un carácter más masivo: huelga de la Canadiense
(febrero-marzo de 1919). Las organizaciones patronales darán apoyo a las medidas más

drásticas adoptadas por las autoridades ("ley de fugas"), favorecen la creación de
sindicatos contrarrevolucionarios (sindicatos libres) y creación de cuerpos de seguridad
propios.
b) Desastre de Annual y sus consecuencias
Esta situación se ve agravada por el desastre militar de Annual (julio de 1921) en el Rif:
12.000 soldados españoles perdieron la vida. La oposición de izquierdas exigió la
apertura de una investigación (expediente Picasso). Las responsabilidades implicaban a
políticos, militares y al mismo rey.
Ante esta crítica situación algunos rectores del ejército deciden intervenir y hacerse con
el control del poder. El capitán general de Cataluña encabezó el golpe de Estado que
acabaría con 47 años de vigencia de la Constitución de 1876.
3. La dictadura de Primo de Rivera:
 El golpe de Estado de Primo de Rivera (13-09-1923) contó con la connivencia del Rey
y el apoyo entusiasta de las organizaciones patronales y la extrema derecha. Pero
además, buena parte de los partidos monárquicos adoptaron una actitud pasiva y de
comprensión con la nueva situación. Aunque el dictador anunció que su gobierno sería
provisional, que sólo pretendía restaurar el orden, pronto quedó de manifiesto que
pretendía instaurar un nuevo sistema político inspirado ligeramente en el fascismo
italiano.
3.1. Un régimen fascistizante: el nuevo régimen se inició con la formación de un
directorio militar que suspendió la Constitución, prohibió partidos y sindicatos y
destituyó a todos los cargos electos (diputados, alcaldes y concejales). La represión
alcanzó sobre todo a la CNT, los nacionalismos, prensa e intelectuales.
En 1925 el directorio militar fue sustituido por un directorio civil del que formaban
parte jóvenes políticos de extrema derecha como Calvo Sotelo. El intento de consolidar
la dictadura institucionalmente como un régimen corporativo antidemocrático fracasó:
* Se copian instituciones y formas exteriores corporativas italianas (Comités
Paritarios, Consejo de Corporaciones...); el carácter fascista del régimen fue muy
superficial.
* La Unión Patriótica, el partido oficial del dictador, no consiguió nunca ser un
partido de masas, ya que sólo unió gente conservadora y tradicionalista.
Con el tiempo la oposición a la dictadura se amplió considerablemente, e incluso
algunos políticos monárquicos llegan a conspirar contra el dictador. También dentro del
ejército hubo posiciones hostiles al régimen. Pero es la represión arbitraria contra
algunos profesores universitarios (Unamuno) lo que provoca un movimiento
universitario fuerte y politizado, opuesto al régimen que protagonizó numerosas y
espectaculares acciones de protesta.
La dictadura suprimió la Mancomunidad de Cataluña, prohibió el uso público del
catalán, bailar sardanas... Esto radicalizará el movimiento nacionalista (Estat Catalá de
Francesc Macià intentó organizar la insurrección armada) y ello creó grandes
dificultades a los dirigentes de la Lliga Regionalista que se habían manifestado
comprensivos con las intenciones del dictador.
La dictadura resolvió militarmente la cuestión del Rif gracias a la colaboración con el
ejército francés. El éxito del desembarco de Alhucemas (1925) permitió el control de
todo el territorio del protectorado hacia el verano de 1927.
Estas operaciones consolidaron la fuerza y la influencia de los cuerpos militares
establecidos en el Rif (legión, regulares...) y de sus generales ("los africanistas").

3.2. La política económica: la dictadura acentuó algunas de las tendencias básicas del 
capitalismo del primer tercio del s. XX: 
a/ nacionalismo económico.
b/ prácticas monopolistas.
c/ concentración financiera.
d/ intervencionismo del Estado.
d/ La dictadura inició una serie de acciones encaminadas a mejorar la infraestructura del
país: construcción de carreteras, ampliación de la red de ferrocarriles y un plan
hidráulico que comportaba tanto el aumento del regadío como de la electrificación
(Lorenzo Pardo ideó la creación de las confederaciones hidráulicas).
La instrucción pública recibió un gran impulso: más centros, mejores salarios,
descendió el analfabetismo, aunque limitó la libertad de cátedra.
a/ El nacionalismo económico se vio reforzado con la creación del monopolio estatal de
importación, refinado y distribución de petróleo (CAMPSA), que antes estaba en manos
de compañías europeas.
b/ Se concedieron amplios monopolios: tabaco, teléfono... y se continuó con la
tradicional política proteccionista.
c/ Con el nuevo régimen se acentuó el poder de la oligarquía financiera. Los grandes
bancos continuaron su expansión.
Los años de la dictadura fueron, en conjunto, años de crecimiento económico: coyuntura
internacional (felices años 20) y la creación de puestos de trabajo que generó la política
de obras públicas. Pero, como contrapartida, la política de obras públicas agudizó la
crisis secular de la Hacienda, la multiplicación de las deudas y la bajada brusca de la
cotización de la peseta. Por otro lado, el bajo poder adquisitivo de los agricultores (no se
afronta una reforma agraria) perjudicaba a la industria algodonera que había perdido los
mercados exteriores de los años de la guerra mundial.
La llegada de la gran depresión (1929) con la caída del comercio exterior, inflación,
aumento del paro demostró que los éxitos de la política económica de la dictadura
habían sido sólo coyunturales. Pasada la euforia económica gran parte de las
organizaciones patronales y el mismo ejército dejaron de dar apoyo al régimen. Falto de
este apoyo el dictador dimitió el 28 de enero de 1930.