-
ὅτε, ὁπότε, ἡνίκα "cuando".
-
ὅταν, ὁπόταν (con subjuntivo) "cuando".
-
ἐπεί, ἐπειδή, ὡς "después que".
-
ἐπάν, ἐπειδάν (con subjuntivo) "después que"·
-
ὡς τάχιστα, ἐπεί τάχιστα "en seguida que", "tan pronto como".
-
ἕως, ἔστε, μέχρι "hasta que".
-
ἐν ᾧ "mientras que".
-
ἐξ οὗ, ἀφ᾿ οὗ "desde que".
-
πρίν "antes que". Aunque puede construirse con los modos de las otras conjunciones, cuando la principal es afirmativa, suele llevar infinitivo.
- Copulativas: καί ("y"), τε ("y"), τε ... καί ("...y"), τε ... τε ("...y"), καί ... καί ("tanto...como/...y"), μέν ... δέ ("...y"), οὐ μόνον ... ἀλλὰ καί ("no sólo... sino también")·
-
Disyuntivas: ἤ ("o"), ἤ ... ἤ ("...o"), ἤτοι... ἤ ("...o"), εἴτε ... εἴτε ("ya... ya").
-
Adversativas: ἀλλά ("pero/sino"), δέ ("pero"), μήν ("no obstante"), μέντοι ("sin embargo"), ὅμως ("sin embargo"), καίτοι ("sin embargo").
-
Ilativas: οὖν ("pues bien"), οὐκοῦν ("pues bien, por consiguiente"), δή ("evidentemente pues"), τοινῦν ("así pues"), ἄρα ("pues") οὔκουν ("pues no").
-
Explicativas. Suelen cobrar valor causal: γάρ ("porque").
¡Bienvenidos! En esta página encontraréis apuntes, resúmenes de 2º bachillerato. Si tenéis alguna duda no dudéis en preguntar, también tenéis el twitter @EJERCICIOSBACH . Un saludo.
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26 mayo, 2013
Nexos Oraciones Subordinadas DRM
Etiquetas:
Griego
Oraciones Subordinadas Finales DRM
Las oraciones finales expresan el objetivo de una acción. Los
nexos que estudiamos y las introducen son ἵνα, ὅπως y ὡς. También se pueden
construir oraciones finales con participio de futuro y con infinitivo. Las
oraciones finales introducidas con un nexo se construyen en modo subjuntivo y su
negación se hace con μή. El subjuntivo puede ser sustituido por el
optativo
oblicuo.
-
κατάμενε ἵνα καὶ περὶ σοῦ βουλευσώμεθα aguarda para que deliberemos también sobre ti.
-
παρακαλεῖς ἰατροὺς ὅπως μὴ ἀποθάνῃ llamas a médicos para que no muera.
-
ναῦς οἱ Κορίνθιοι (...) ἐπλήρουν ὅπως ναυμαχίας (...) ἀποπειράσωσι los corintios (...) ataviaron unas naves, para emprender una batalla naval.
-
καὶ ἅμα ταῦτα εἰπὼν ἀνέστη ὡς μὴ μέλλοιτο ἀλλὰ περαίνοιτο τὰ δέοντα y al tiempo que hubo dicho esto se levantó, para que lo necesario no se retrasara, sino que se acometiera. En estos casos con optativo oblicuo: μέλλοιτο y περαίνοιτο.
-
Con participio (necesariamente de futuro): ἦλθε λυσόμενος θύγατρα vino para liberar a su hija.
-
Con infinitivo: δέκα δὲ τῶν νεῶν προὔπεμψαν ἐς τὸν μέγαν λιμένα πλεύσαί τε καὶ κατασκέψασθαι (...) καὶ κηρῦξαι enviaron por delante diez de las naves para que navegaran hacia el interior del gran puerto, inspeccionara y dieran informe.
Etiquetas:
Griego
Oraciones Subordinadas Concesivas DRM
Las oraciones subordinadas concesivas son una especie de las
oraciones condicionales. De hecho comparten nexos, con alguna puntualización
que haremos inmediatamente. Desde el punto de vista semántico, las oraciones
concesivas expresan una condición cuyo cumplimiento o no cumplimiento no afecta
a lo expresado en la oración principal: aunque lo hagas, el resultado será el
mismo - aunque no lo hagas, el resultado será el mismo.
Los nexos que se utilizan son la conjunción καί en combinación con las
conjunciones condicionales: καὶ εἰ (con crasis κεἰ), εἰ καὶ, καὶ ἐάν (con crasis
κἄν), ἐὰν καί aunque, pese a que, a pesar de que.
Ejemplos:
-
γελᾷ δ' ὁ μῶρος, κἄν τι μὴ γελοῖον ᾖ el tonto se ríe, aunque nada haya risible.
-
εἰ καὶ τυραννεῖς aunque seas un tirano.
-
πόλιν μέν, εἰ καὶ μὴ βλέπεις, φρονεῖς δ' ὅμως οἵᾳ νόσῳ σύνεστιν en cuanto a la ciudad, aunque no ves, sin embargo percibes en qué enfermedad se encuentra.
-
καὶ ἐὰν μὴ ἡμεῖς παρακελευώμεθα, ἱκανῶς ἐπιμελήσεται aunque nosotros no se lo encarguemos, se ocupará suficientemente.
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Griego
Oraciones Subordinadas Completivas DRM
Las oraciones subordinadas completivas con conjunción
ocupan habitualmente la función de un complemento directo de un verbo transtivo,
aunque también pueden ocupar la función de sujeto, según las circunstancias de
la frase. En ocasiones podemos encontrarnos en las gramáticas con una
nomenclatura específica según la oración completiva haga una u otra función: si
la oración realiza la función de sujeto podemos encontrarla bajo el nombre de
subordinadas sustantivas; si realiza la función de complemento directo
podemos encontrarla bajo el nombre específico de subordinada completiva.
Nosotros las llamaremos de forma genérica a ambas completivas y
diferenciaremos según la función que realicen entre en función de sujeto
o en función de complemento directo. Ejemplos:
Subordinada completiva en función de sujeto: Que me
prestes atención es importante. La oración introducida por la conjunción
que puede sustituirse, por ejemplo, por El estudio: El estudio es
importante.
Subordinada completiva en función de complemento directo:
Quiero que me prestes atención. La oración introducida por la conjunción
que puede sustiturse, por ejemplo, por un libro: Quiero un libro.
Los nexos que introducen estas oraciones pueden ser los
siguientes: ὅτι, ὡς, ὅπως, μή. Los dos primeros son los más habituales.
-
La diferencia entre ὅτι y ὡς es una diferencia de carácter modal: ὅτι es un que simple, mientras que ὡς, que es una conjunción griega muy versátil y con múltiples funciones sintácticas, es un que-como en el caso que nos ocupa. Es decir, su utilización en vez de ὅτι implica la introducción de cierta modalidad en la acción o una apreciación subjetiva por parte del emisor. A veces, sin embargo, parece imposible detectar una diferencia en la intención de uso entre una y otra conjunción, pudiendo considerarse que son totalmente intercambiables.
-
El uso de ὅπως implica la introducción en la completiva de un matiz de finalidad, más que por otra razón porque suele asociarse con verbos de intención o esfuerzo.
-
El uso de μή se reserva para las completivas con valor semántico de temor. μή es efectivamente la negación subjetiva que se ha especializado para introducir este tipo de oraciones y suele traducirse con un simple que.
Ejemplos:
En función de sujeto:
-
δῆλον ἦν ὅτι ἐγγύς που βασιλεὺς ἦν es evidente que el rey estaba en algún lugar cercano.
-
ἀλλά μοι δῆλόν ἐστι τοῦτο, ὅτι ἤδη τεθνάναι καὶ ἀπηλλάχθαι πραγμάτων βέλτιον ἦν μοι pero para mí es evidente esto, que ya me era mejor estar muerto y apartado de preocupaciones. En esta oración se observa cómo el sujeto de la frase principal es τοῦτο y que la oración introducida por ὅτι hace de explicativa del sujeto. Hay una especie de correlación esto ... (el hecho) de que.
En función de complemento directo:
Con ὅτι
-
εὖ οἶδα ὅτι τοῦτο οὐκ ἀληθές ἐστιν bien sé que esto no es cierto.
-
ὀνείζετε αὐτοῖς (...) ὅτι οὐκ ἐπιμελοῦνται ὧν δεῖ reprochadles que no se precupan de lo que es necesario.
-
ὁ Πολυκλῆς εἶπεν ὅτι καὶ τοῖς ἐμοῖς ἐπιτηδείοις ἀδικεῖν δοκοίην Policles dijo que incluso a mis allegados les parecía que yo había cometido injusticia.
-
En ocasiones la regencia de un verbo puede ser sustituida por la de un sustantivo del mismo lexema verbal. Por ejemplo ἐν τούτῳ δ' ἀφικνεῖται αὐτοῖς ἀγγελία (...) ὅτι (...) ἀποστήσεται αὐτῶν Τεγέα πρὸς Ἀργείους entre tanto les llega la noticia de que Tegea se iba a separar de ellos a beneficio de los Argivos. Rige aquí la oración completiva ἀγγελία, que está por el verbo ἀγγέλλω.
Con ὡς
-
νομίζουσι οἱ ἐκείνῃ ἄνθρωποι (...) ὡς ὁ Ἥφαιστος χαλκεύει las gentes del lugar creen que Hefesto trabaja en la forja.
-
διέβαλεν αὐτοὺς ὡς οὐδὲν ἀληθὲς ἐν νῷ ἔχουσιν les echó en cara que no tuvieran en mente nada verdadero.
Con ὅπως
-
ἐπιμελοῦμαι ὅπως ταῦτα ποιήσει me preocupo de que haga esto, o bien me preocupo para que haga esto.
-
ἔπρασσεν (...) ὅπως πόλεμος γενήσεται procuró que se produjera una guerra, o bien hizo para que se produjera una guerra.
Con μή
-
φοβοῦμαι μὴ γένηται temo que ocurra. Este tipo de oraciones subordinadas completivas de temor eran originalmente oraciones independientes, en el sentido siguiente: φοβοῦμαι | μὴ γένηται tengo miedo | no vaya a ser que ocurra. Con el tiempo, lo que eran oraciones sin ligazón se interpretaron unidas y el valor semántico de la negación se perdió para dar paso a un uso meramente como conjunción: tengo miedo de que ocurra.
-
La negación de este tipo de oraciones obliga, por tanto, una vez establecida la relación de subordinación de la oración introducida por μή respecto de su oración regente, a la introducción de un adverbio negativo adicional: φοβοῦμαι μὴ οὐ γένηται temo que no ocurra.
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Griego
Etimología de 'máscara' a 'persona' DRM
De 'máscara' a 'persona'
Vamos temporalmente de adelante para atrás. Nos llamaría la atención, hoy por hoy,
si un actor de teatro, no tanto de circo, llevara una máscara. Ya en el siglo XIX,
dejaron de usarse y se reservaron para las fiestas de carnaval, como sucedía en
Venecia desde, por lo menos, el siglo X. Y en el teatro culto, digamos, o mejor,
destinado a clases altas, las máscaras dejaron de usarse quizás un poco antes. Pero
en el teatro popular, callejero, que arranca en la Edad Media y decae hacia el siglo
XVIII, y que en la modernidad fue llamado en italiano Commedia dell' Arte,
siempre se usaron máscaras, como en el teatro clásico greco-romano. Gracias a las
máscaras el público reconocía a los personajes. No se necesitaba presentación. Se
trabajaba sobre personajes con caracteres fijos y variaban sus situaciones, paródicas
las más de las veces. Esos personajes han nutrido después distintas ramas del arte,
óperas, obras teatrales, circenses. Entre ellos, estaba Arlecchino, el payaso, Fígaro, el
villano, Scaramouche, el marinero fanfarrón, Pierrot, el hombre honrado, y otros
tantos.
Uno podría pensar que el uso de máscaras en carnaval es justamente el opuesto al
uso teatral, es la desidentificación del portador. Pero el uso carnavalezco es tomado
del teatro y cumple el mismo fin, actuar como otro cuya máscara se porta.
No voy a hacer una historia del teatro ni podría hacerla. Me voy a limitar a una de
mis debilidades que es la, digamos, arqueología de las palabras. Y al respecto es de
por sí significativa la historia de máscara.
El famoso diccionario etimológico de la lengua castellana de Corominas le dedica a
la palabra máscara varias páginas. Es que su origen es muy discutido. De un lado,
tenemos que la palabra máscara existe en todas las lenguas europeas occidentales.
De hecho, es casi seguro de que su origen sea italiano. En el siglo XIV maschera
con la acepción de 'careta, disfraz' está documentado en Boccaccio. Del italiano la
tomó el francés, y del francés, el inglés y el alemán. De otro lado, existe en latín
medieval el término masca con la acepción de 'bruja, fantasma, espectro'. Pero no
tiene un origen en el latín clásico. Entonces, hay dos hipótesis. Una que sea de
origen longobardo. Otra que sea de origen celta, pues en celta tenemos la palabra
mask que significa 'negro, tiznado'. A ello se suma que en occitano también existe
1ª Jornadas Cuerpo y Escena. 1 de Noviembre 2012. Campus Miguelete, UNSAM.
Coordinador: Dr. Walter Cenci.
mascarar con la acepción de 'pintarse la cara, tiznarse'. Ahora bien, ¿qué sucedió en
España? Al posible préstamo francés, se suma el hecho de que en árabe, del que
tomaron gran cantidad de palabras las lenguas de España, más-hara significa 'payaso,
bufón'.
Arreglemos este caos. Es difícil hacer derivar del pintarse la cara longobardo o celta
el sentido de máscara. Lo más probable es que sea de origen latino medieval. Masca
dijimos que significa 'bruja, espectro'. Y que del latín lo tomó el italiano. Pero ¿cómo
se vincula el término latino con el árabe? De hecho, dijimos que el término no
pertenece al latín clásico, sino al medieval. Y como en Italia era muy frecuente la
visita de mimosmy payasos de origen árabe, acompañando a los comerciantes, y
como en árabe másaj significa disfraz, es muy probable que hayn impuesto esa voz
latinizada masca. Si es así, es notable el hecho de que una voz árabe latinizada y
luego italianizada se divulge por Europa, pero cuando llega a España, se reencuentra
consigo misma pero sin pasar por el latín, sino del árabe al castellano.
Sea como fuere, lo cierto es que máscara desplazó a la palabra latina clásica que
significaba máscara, a saber, persona. Tenemos todavía rastros de persona en la
palabra personaje.
Un presunto origen de la palabra persona lo da un gramático latino llamado Gabio
Basso. Quizás lo conozcan porque el testimonio lo cuenta un historiador llamado
Aulo Gelio (s. II) en su obra titulada Noches Áticas y el pasaje lo traduce Julio
Cortázar en el parágrafo 148 de Rayuela. Dice así:
De la etimología que da Gabio Basso a la palabra persona.
"Sabia e ingeniosa explicación, a fe mía, la de Gabio Basso, en su tratado Del origen
de los vocablos, de la palabra persona, máscara. Cree que este vocablo toma origen
del verbo personare, retumbar. He aquí cómo explica su opinión: No teniendo la
máscara que cubre por completo el rostro más que una abertura en el sitio de la
boca, la voz, en vez de derramarse en todas direcciones, se estrecha para escapar por
una sola salida, y adquiere por ello sonido más penetrante y fuerte. Así, pues, porque
la máscara hace la voz humana más sonora y vibrante, se le ha dado el nombre de
persona, y por consecuencia de la forma de esta palabra, es larga la letra o en ella."
Entonces, la palabra persona en latín viene del verbo personare. Personare, por
cierto, quiere decir 'retumbar'. Y el motivo que encuentra el gramático es puramente
instrumental. La máscara hace que el sonido de la voz no se disperse, sino que se
concentre y salga más fuerte por la apertura correspodiente a la boca. Y termina con
1ª Jornadas Cuerpo y Escena. 1 de Noviembre 2012. Campus Miguelete, UNSAM.
Coordinador: Dr. Walter Cenci.
una aclaración de tipo prosódico. Sucede que en latín, como en griego clásico, las
vocales pueden ser largas o breves. Las largas duran un tiempo más que las breves.
Así pues, en el verbo personare la o que está en la sílaba so es breve. Ahora bien, si
persona se derivara del verbo personare, jamás se podría haber pronunciado así de
manera grave, sino de manera esdrújula *pérsona. Pero como se dice persona, y no
pérsona, entonces la vocal o tiene que hacerse larga.
El término persona tiene alto rendimiento en latín. Posee un sentido lingüístico:
designa el accidente del verbo, o sea, las personas primera, segunda y tercera,
singular plural. Otro sentido político, el de honor, dignidad. Otro jurídico, el rol
social que cada uno cumple, susceptible de ser regulado. En la baja Edad Media
persona es usado como pronombre indefinido, 'alguien', 'uno cualquiera'. De aquí el
sentido con el que pudo pasar al francés personne como "nadie".
Y también posee un sentido teológico que resultó problemático. Persona fue usado
para traducir el término griego hypóstasis, con el cual se designa a cada una de las
manifestaciones de la trinidad cristiana. Hay una larga discusión al respecto entre los
siglos III y VI que no nos interesa aquí, pero leeré el pasaje de Boecio (V/VI) donde
da cuenta de esa traducción y diferencia el término latino persona del que utilizan
los griegos para máscara, que es prósopon.
"La definición de persona es sustancia individual de una naturaleza capaz de razón.
Pero nosotros con esta definición determinamos la que los griegos llaman
hypóstasis. Por cierto, el nombre de persona ha sido extraído de otra parte, a saber,
de aquellas máscaras que representaban a los personajes que participaban en las
comedias y en las tragedias. Persôna, por cierto, <...> viene de personâre <...> de
sonus efectivamente porque es necesario que el sonido se vuelva más fuerte por la
concavidad de la máscara. Los griegos, por su parte, llaman a esas máscaras prósopa,
porque se colocan delante de la cara y ocultan la expresión a los ojos: parà toû pròs
toús ôpas títhesthai. Porque cubiertos con las máscaras los actores representaban
personajes particulares que participaban en la tragedia o en la comedia, como se dijo,
Hécuba, Medea, Simón o Cremetes, e igualmente con los restantes personajes, de
quienes era seguro su reconocimiento por la fisonomía. Los latinos las llamaron
personae y los griegos prósopa." (Boecio, Contra Eutiques y Nestorio 3)
Entonces, tenemos que Boecio repite la misma etimología que Aulio Basso.
Además, no sé si lo sabe Boecio, el sentido originario de persona es justamente y de
él se derivan los otros sentidos que marcamos. Y da el equivalente griego de
máscara, a saber, prósopon, cuya etimología es correcta. En griego prósopon
1ª Jornadas Cuerpo y Escena. 1 de Noviembre 2012. Campus Miguelete, UNSAM.
Coordinador: Dr. Walter Cenci.
significa 'estar delante de los ojos', esto es, 'anteojos'. Y nos cerciora de que los
personajes eran reconocibles por sus máscaras -se pueden googlear y ver algunas
reconstruídas-.
Ahora bien, Boecio también hace notar lo de la vocal o. Justamente, por este motivo
es que la etimología que vincula persona con resonar o retumbar es falsa. El término
latino persona, en rigor, viene del etrusco. Los etruscos eran un antiguo pueblo que
cohabitaba en la toscana con los romanos y terminaron fusionándose con ellos.
Muchas palabras latinas son de origen etrusco, como el mismo nombre de Roma
(ciudad del río), histrio (histrión), nombre que designaba a los actores, y lo es
también persona. Persona se remonta al etrusco phersa que significa justamente
máscara. Los etruscos hacían máscaras de sobre los rostros de sus difuntos. Esta
costumbre se extendió en Roma, pero no se las llamaba personas sino imagines
(imágenes) de los antepasados. En este motivo encuentran los críticos de arte la gran
Vamos temporalmente de adelante para atrás. Nos llamaría la atención, hoy por hoy,
si un actor de teatro, no tanto de circo, llevara una máscara. Ya en el siglo XIX,
dejaron de usarse y se reservaron para las fiestas de carnaval, como sucedía en
Venecia desde, por lo menos, el siglo X. Y en el teatro culto, digamos, o mejor,
destinado a clases altas, las máscaras dejaron de usarse quizás un poco antes. Pero
en el teatro popular, callejero, que arranca en la Edad Media y decae hacia el siglo
XVIII, y que en la modernidad fue llamado en italiano Commedia dell' Arte,
siempre se usaron máscaras, como en el teatro clásico greco-romano. Gracias a las
máscaras el público reconocía a los personajes. No se necesitaba presentación. Se
trabajaba sobre personajes con caracteres fijos y variaban sus situaciones, paródicas
las más de las veces. Esos personajes han nutrido después distintas ramas del arte,
óperas, obras teatrales, circenses. Entre ellos, estaba Arlecchino, el payaso, Fígaro, el
villano, Scaramouche, el marinero fanfarrón, Pierrot, el hombre honrado, y otros
tantos.
Uno podría pensar que el uso de máscaras en carnaval es justamente el opuesto al
uso teatral, es la desidentificación del portador. Pero el uso carnavalezco es tomado
del teatro y cumple el mismo fin, actuar como otro cuya máscara se porta.
No voy a hacer una historia del teatro ni podría hacerla. Me voy a limitar a una de
mis debilidades que es la, digamos, arqueología de las palabras. Y al respecto es de
por sí significativa la historia de máscara.
El famoso diccionario etimológico de la lengua castellana de Corominas le dedica a
la palabra máscara varias páginas. Es que su origen es muy discutido. De un lado,
tenemos que la palabra máscara existe en todas las lenguas europeas occidentales.
De hecho, es casi seguro de que su origen sea italiano. En el siglo XIV maschera
con la acepción de 'careta, disfraz' está documentado en Boccaccio. Del italiano la
tomó el francés, y del francés, el inglés y el alemán. De otro lado, existe en latín
medieval el término masca con la acepción de 'bruja, fantasma, espectro'. Pero no
tiene un origen en el latín clásico. Entonces, hay dos hipótesis. Una que sea de
origen longobardo. Otra que sea de origen celta, pues en celta tenemos la palabra
mask que significa 'negro, tiznado'. A ello se suma que en occitano también existe
1ª Jornadas Cuerpo y Escena. 1 de Noviembre 2012. Campus Miguelete, UNSAM.
Coordinador: Dr. Walter Cenci.
mascarar con la acepción de 'pintarse la cara, tiznarse'. Ahora bien, ¿qué sucedió en
España? Al posible préstamo francés, se suma el hecho de que en árabe, del que
tomaron gran cantidad de palabras las lenguas de España, más-hara significa 'payaso,
bufón'.
Arreglemos este caos. Es difícil hacer derivar del pintarse la cara longobardo o celta
el sentido de máscara. Lo más probable es que sea de origen latino medieval. Masca
dijimos que significa 'bruja, espectro'. Y que del latín lo tomó el italiano. Pero ¿cómo
se vincula el término latino con el árabe? De hecho, dijimos que el término no
pertenece al latín clásico, sino al medieval. Y como en Italia era muy frecuente la
visita de mimosmy payasos de origen árabe, acompañando a los comerciantes, y
como en árabe másaj significa disfraz, es muy probable que hayn impuesto esa voz
latinizada masca. Si es así, es notable el hecho de que una voz árabe latinizada y
luego italianizada se divulge por Europa, pero cuando llega a España, se reencuentra
consigo misma pero sin pasar por el latín, sino del árabe al castellano.
Sea como fuere, lo cierto es que máscara desplazó a la palabra latina clásica que
significaba máscara, a saber, persona. Tenemos todavía rastros de persona en la
palabra personaje.
Un presunto origen de la palabra persona lo da un gramático latino llamado Gabio
Basso. Quizás lo conozcan porque el testimonio lo cuenta un historiador llamado
Aulo Gelio (s. II) en su obra titulada Noches Áticas y el pasaje lo traduce Julio
Cortázar en el parágrafo 148 de Rayuela. Dice así:
De la etimología que da Gabio Basso a la palabra persona.
"Sabia e ingeniosa explicación, a fe mía, la de Gabio Basso, en su tratado Del origen
de los vocablos, de la palabra persona, máscara. Cree que este vocablo toma origen
del verbo personare, retumbar. He aquí cómo explica su opinión: No teniendo la
máscara que cubre por completo el rostro más que una abertura en el sitio de la
boca, la voz, en vez de derramarse en todas direcciones, se estrecha para escapar por
una sola salida, y adquiere por ello sonido más penetrante y fuerte. Así, pues, porque
la máscara hace la voz humana más sonora y vibrante, se le ha dado el nombre de
persona, y por consecuencia de la forma de esta palabra, es larga la letra o en ella."
Entonces, la palabra persona en latín viene del verbo personare. Personare, por
cierto, quiere decir 'retumbar'. Y el motivo que encuentra el gramático es puramente
instrumental. La máscara hace que el sonido de la voz no se disperse, sino que se
concentre y salga más fuerte por la apertura correspodiente a la boca. Y termina con
1ª Jornadas Cuerpo y Escena. 1 de Noviembre 2012. Campus Miguelete, UNSAM.
Coordinador: Dr. Walter Cenci.
una aclaración de tipo prosódico. Sucede que en latín, como en griego clásico, las
vocales pueden ser largas o breves. Las largas duran un tiempo más que las breves.
Así pues, en el verbo personare la o que está en la sílaba so es breve. Ahora bien, si
persona se derivara del verbo personare, jamás se podría haber pronunciado así de
manera grave, sino de manera esdrújula *pérsona. Pero como se dice persona, y no
pérsona, entonces la vocal o tiene que hacerse larga.
El término persona tiene alto rendimiento en latín. Posee un sentido lingüístico:
designa el accidente del verbo, o sea, las personas primera, segunda y tercera,
singular plural. Otro sentido político, el de honor, dignidad. Otro jurídico, el rol
social que cada uno cumple, susceptible de ser regulado. En la baja Edad Media
persona es usado como pronombre indefinido, 'alguien', 'uno cualquiera'. De aquí el
sentido con el que pudo pasar al francés personne como "nadie".
Y también posee un sentido teológico que resultó problemático. Persona fue usado
para traducir el término griego hypóstasis, con el cual se designa a cada una de las
manifestaciones de la trinidad cristiana. Hay una larga discusión al respecto entre los
siglos III y VI que no nos interesa aquí, pero leeré el pasaje de Boecio (V/VI) donde
da cuenta de esa traducción y diferencia el término latino persona del que utilizan
los griegos para máscara, que es prósopon.
"La definición de persona es sustancia individual de una naturaleza capaz de razón.
Pero nosotros con esta definición determinamos la que los griegos llaman
hypóstasis. Por cierto, el nombre de persona ha sido extraído de otra parte, a saber,
de aquellas máscaras que representaban a los personajes que participaban en las
comedias y en las tragedias. Persôna, por cierto, <...> viene de personâre <...> de
sonus efectivamente porque es necesario que el sonido se vuelva más fuerte por la
concavidad de la máscara. Los griegos, por su parte, llaman a esas máscaras prósopa,
porque se colocan delante de la cara y ocultan la expresión a los ojos: parà toû pròs
toús ôpas títhesthai. Porque cubiertos con las máscaras los actores representaban
personajes particulares que participaban en la tragedia o en la comedia, como se dijo,
Hécuba, Medea, Simón o Cremetes, e igualmente con los restantes personajes, de
quienes era seguro su reconocimiento por la fisonomía. Los latinos las llamaron
personae y los griegos prósopa." (Boecio, Contra Eutiques y Nestorio 3)
Entonces, tenemos que Boecio repite la misma etimología que Aulio Basso.
Además, no sé si lo sabe Boecio, el sentido originario de persona es justamente y de
él se derivan los otros sentidos que marcamos. Y da el equivalente griego de
máscara, a saber, prósopon, cuya etimología es correcta. En griego prósopon
1ª Jornadas Cuerpo y Escena. 1 de Noviembre 2012. Campus Miguelete, UNSAM.
Coordinador: Dr. Walter Cenci.
significa 'estar delante de los ojos', esto es, 'anteojos'. Y nos cerciora de que los
personajes eran reconocibles por sus máscaras -se pueden googlear y ver algunas
reconstruídas-.
Ahora bien, Boecio también hace notar lo de la vocal o. Justamente, por este motivo
es que la etimología que vincula persona con resonar o retumbar es falsa. El término
latino persona, en rigor, viene del etrusco. Los etruscos eran un antiguo pueblo que
cohabitaba en la toscana con los romanos y terminaron fusionándose con ellos.
Muchas palabras latinas son de origen etrusco, como el mismo nombre de Roma
(ciudad del río), histrio (histrión), nombre que designaba a los actores, y lo es
también persona. Persona se remonta al etrusco phersa que significa justamente
máscara. Los etruscos hacían máscaras de sobre los rostros de sus difuntos. Esta
costumbre se extendió en Roma, pero no se las llamaba personas sino imagines
(imágenes) de los antepasados. En este motivo encuentran los críticos de arte la gran
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Griego
28 abril, 2013
La Oratoria (Literatura) DRM
LA ORATORIA
La oratoria podríamos definirla como el arte de crear bellos discursos
con la intención de persuadir, es decir, dotar al discurso de una belleza
literaria que nos sirva para una utilidad práctica, ya sea ganar un discurso o
convencer a un auditorio de una medida política. Y la retórica consistiría en el arte teórico del discurso, es decir, en
el conjunto de procedimientos y recursos necesarios que se necesitan para la
elaboración del discurso.
En la democracia ateniense, donde los
asuntos políticos importantes se juzgaban en la asamblea, y donde eran
frecuentes los pleitos ante tribunales populares, resultaba muy importante
dominar el arte de la palabra y saber hablar bien en público. Por lo que en
este ambiente es lógico que la oratoria se desarrollara con gran brillantez y
aparecieran grandes maestros del discurso, tanto para actuar en los procesos
del derecho privado en los que había que acusar o defender un caso ante un
tribuna, como en la lucha política, donde el orador ha de conmover al auditorio
con un discurso brillante.
Ya Aristóteles en su Retórica nos habla de distintos tipos de
oratoria de acuerdo con los fines concretos que perseguía, tres tipos:
-
Judicial o forense:
servía para hacer buenos discursos ante los tribunales, ya que hemos de tener
en cuenta que en la antigua Grecia que en los juicios no existía la figura del
abogado por lo que la pericia y la oratoria del acusado resultaba clave para el
resultado final.
-
Deliberativo o político: enseñaba el arte de disertar en la asamblea y deliberar sobre
diversos asuntos convenientes a la
ciudad.
-
Epidíctico o de “exhibición”: se utilizaba en los discursos pronunciados ante grandes multitudes
en las fiestas. Derivó luego en mera exposición pedante en banquetes, en
discusiones filosóficas o en la literatura.
Entre los oradores privados que destacaron en la antigüedad griega
podemos destacar a Lisias y a Demóstenes.
Lisias
Este orador (445-380 a. C.), hijo de un siracusano y que fue, por
tanto, meteco, es decir, fue extranjero libre. Como tal no tenía no tuvo la
ciudadanía ateniense y no disfrutó de derechos políticos. Dado que no podía
pronunciar personalmente discursos, se ganó la vida como logógrafo, es decir, componía discursos tanto de defensa como de
acusación que el cliente leía ante el tribunal.
La tradición le atribuye unos 230 discursos auténticos, que destacan
por un griego fácil y agradable, repleto de ingeniosas argumentaciones.
Destacan el discurso acusatorio Contra
Eratóstenes y Elogio fúnebre a
los muertos en la guerra corintia.
Demóstenes
Demóstenes es considerado la figura más importante de la oratoria, no
sólo de la literatura griega, sino de la literatura universal. Nacido en el 384
a. C. ya de pequeño unos desaprensivos tutores le dejaron sin la herencia de su
padre (rico fabricante de armas), por lo que pasó una infancia difícil. Pudo
recuperar más tarde parte de su hacienda y comenzó su carrera como logógrafo
realizando discursos judiciales para otros.
No obstante, destacará, sobre todo, por su compromiso político y será
el mayor opositor a la política expansionista de Filipo II en sus pretensiones
de someter a su poder a toda Grecia.
Demóstenes, debido a los éxitos militares de Macedonia, hubo de
abandonar Atenas en el 324, en el 323 volvería, aunque al poco tiempo se marchó
de nuevo y puso fin a su vida envenenándose en el 322 a. C.
Su éxito oratorio se debía a la percepción intelectual que tenía de
las complejidades de cada asunto y a sus formidables dotes de exposición y
argumentación basadas en una apasionada idea del estado ateniense libre y en el
perfecto dominio de todos los recursos del idioma. Todo ello, hizo que ya en la
Antigüedad, la oratoria de Demóstenes fuera considerada como modelo para
cualquiera que pretendiera iniciarse en este arte.
Destacan entre sus discursos las tres Filípicas, contra su mayor rival, Filipo II de Macedonia, y el
discurso titulado Contra la corona,
considerada desde siempre como una obra maestra de la oratoria.
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El Drama: La Comedia y La Tragedia (Literatura) DRM
EL DRAMA: TRAGEDIA Y COMEDIA
El teatro griego
llega a su máximo esplendor en el siglo V, bajo el gobierno de Pericles. Fue un
elemento más en la configuración del sentimiento democrático de Atenas. Las
representaciones teatrales se celebran durante las fiestas dedicadas al dios
Dioniso. Durante éstas se realizan concursos de teatro, y en las que se
representan obras de distintos autores que son sometidos al juicio del público.
1. La tragedia
La tragedia ponía en
escena los grandes problemas del hombre (el destino, la libertad, el amor,
etc.) lejos de la vida cotidiana, a través de personajes que solían ser héroes
y dioses y cuyos temas procedían del mito. Solía plantearse una situación
dolorosa que, normalmente, sólo se superaba por medio del horror, la desgracia
y la muerte. Todo en ella era elevado, majestuoso y solemne, incluida la lengua
utilizada.
Temas
Los
temas de la tragedia, salvo contadísimas excepciones, venían de los mitos
heroicos, ya elaborados en la tradición épica. Pero mientras en los cantos de
la épica son los hechos heroicos el tema central, aquí es la ruina y muerte de
los grandes héroes y de los famosos y antiguos reyes y reinas lo que se pone en
escena ante el numeroso público de la
ciudad. La tragedia invita al público a reflexionar sobre el destino
humano mediante esa continua evocación del catastrófico final de los grandes
personajes del mito.
Los grandes autores trágicos
De
Esquilo, al que se ha llamado “el
creador de la tragedia”, pues introdujo el segundo actor, que permitió la
verdadera acción dramática dándole grandeza y esplendor al género teatral,
conservamos siete obras. De éstas, tres componen una trilogía, la Orestíada cuyas piezas son Agamenón, Coéforas y Euménides.
Compuso una tragedia de fondo histórico, Los
persas, y otro drama singular, la
única tragedia cuyos personajes son todos divinos, Prometeo encadenado.
El
teatro de Esquilo todavía concede una gran importancia al coro, cuyos cantos
corales presagian el futuro, aleccionan sobre los resultados puestos de la
impiedad y de la injusticia y presentan las ideas a la luz de las cuales hay
que juzgar la acción
Sófocles es el más clásico de los tres
grandes autores trágicos. Como de Esquilo, conservamos siete obras suyas. Las
más famosas son Edipo rey, Antígona
y Electra. Murió Sófocles muy viejo,
hacia el año 404 a. C., y su última pieza, Edipo
en Colono, se representó después de su muerte. Introdujo un nuevo
estilo de teatro, dominado por la acción centrado ahora sobre todo en los
personajes. Centra la tragedia en los personajes, el drama no afecta a una
ciudad, o grupo sino que queda individualizado. El esquema tradicional del
héroe poderoso y luego sufriente es para él fundamental.
De
Eurípides hemos conservad diecinueve
obras. Aunque en su tiempo obtuvo menos premios que Esquilo o Sófocles, después
de u suerte se convirtió en el autor predilecto de los antiguos. Aunque siguió
tratando temas míticos, como era norma en la tragedia, supo introducir acentos
de modernidad en sus dramas, al tratar de la condición de la mujer, de las
pasiones, de la crítica a los dioses y de la psicología de los héroes y
heroínas. Sus obras más famosas son Hipólito,
Medea, Heracles, Ifigenia en Áulide,
Bacantes.
2.
La comedia: Aristófanes
La
comedia ponía en escena situaciones directamente relacionadas con la vida
cotidiana, siendo sus personajes muchas veces arquetipos de luna clase social o
un tipo humano determinado procedente de la vida real, sin la aparición de
héroes y dioses. Se dan a menudo en ella la risa y la burla. Su estilo y lengua
son poco elevados dándose cabida incluso a expresiones y términos de la legua
popular.
Aristófanes pertenece a la llamada Comedia Antigua. Ésta se caracterizaba por ser una farsa bulliciosa y muy
fantástica, con cánticos y bufonadas. De este autor conservamos once comedias,
de entre ellas tenemos Las nubes, Las avispas, La paz,
La asamblea de las mujeres,
Lisístrata. En ellas no se tratan un
episodio mítico, sino de una aventura fantástica emprendida por un personaje
ingenioso, el héroe cómico, que intenta lograr un anhelo utópico. Las comedias
de Aristófanes destacan por su fantasía carnavalesca y su disparatado humor, su
talento lírico y su gusto por la parodia.
Dentro
del teatro griego, ya en época helenística surge la Comedia Nueva. Ésta se dedicó
a construir una comedia de costumbres y evasión, basada en personajes-tipo
sacados de la realidad cotidiana y que aparecían invariablemente en todas las
obras (el anciano avaro, el joven rico y enamorado, la joven humilde, el
esclavo avispado, etc.). El autor más importante dentro de este teatro destaca Menandro, cuya obra más importante es El misántropo.
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La Historiografía (Literatura) DRM
LA HISTORIOGRAFÍA
El término historia deriva de ἱστορία,
que, significa “investigación”, “exploración” y “relato verbal o escrito de lo
que se ha conocido”. De ello se deduce que la historia es un relato, más o
menos detallado, de hechos previamente observados o investigados por su autor.
Desde este punto de vista, la gran diferencia entre la historia y la épica
consiste en que mientras la épica se refiere a hechos míticos y legendarios que
han llegado al poeta por tradición oral, el historiador sólo tratará de hechos
previamente investigados por él, por lo que hay una gran preocupación por la
verosimilitud.
Los primeros representantes de este
género se llamaron logógrafos, una especie de historiadores locales, casi todo
de la Jonia del siglo VI y primero del V a. C. que hacían descripciones de la
fundación de ciudades, relatos de sucesos o de hechos de personajes locales,
costumbres, formas de gobierno, relatos míticos o creencias religiosas, etc.
uno de los logógrafos más importantes fue Hecateo
de Mileto, cuyas obras, hoy perdidas, influyeron ampliamente en
Heródoto, el primer gran historiador griego.
Principales
historiadores
1.
Heródoto. Nacido en Halicarnaso en el 485, su vida se caracterizó por sus
numerosos viajes por el Mediterráneo, Samos, Atenas, Turios, el mar Egeo,
Egipto, Persia, etc. Escribió Historia
en nueve libros y su tema fundamental fue las Guerras Médicas, es decir,
enfrentamiento entre griegos y persas y que supuso la conversión de Atenas en
la potencia de la Hélade.
La obra de Heródoto es de vital
importancia ya que relató historias de los reinos y países vecinos de Grecia
como los lidios, persas, asirios, egipcios y escitas, es decir, es una Historia
Universal. Su explicación del devenir histórico por un lado, por la tendencia al
mantenimiento del equilibrio del universo por parte de la divinidad cuando la ὕβρις
humana lo rompe. La obra, también, está salpicada por abundantes datos
etnográficos, geográficos y hasta de relatos novelescos y discursos. Además,
tomó como fuentes tanto las escritas como las orales, cita de forma reiterada a
Hecateo y a algunos poetas líricos. Hace una crítica racionalista del mito y de
las divinidades pues aunque los dioses intervienen en la historia, siempre lo
hacen por procedimientos indirectos (oráculos, sueños). Aunque durante la
antigüedad fue considerado y criticado como un autor muy parcial hacia Atenas,
aunque también se le reconoce su admiración hacia pueblos como Esparta.
2.
Tucídides. Nació en Atenas en 465 a. C. en el seno de una familia aristocrática,
aunque fue un demócrata partidario de Pericles. Vivió directamente la Guerra
del Peloponeso. Fue por esto por lo que escribió Historia de la Guerra del
Peloponeso, donde relató los acontecimientos referidos a la guerra
entre atenienses y espartanos hasta el año 411 donde se corta la narración.
Desde un primer momento, Tucídides intentó hacer una obra completamente
diferente a Heródoto. Así, intentó realizar una historia contemporánea centrada
en su patria Atenas. Hizo una historia racionalista y crítica, centrada en el
hombre y excluyendo totalmente a los dioses del devenir histórico, por ello
hizo una organización plenamente cronológica, trató de confeccionar una
historia objetiva, evitando pronunciar directamente su opinión y dejando que sean
los hechos los que hablen. Intenta que su “historia” permita al individuo
conocer en profundidad el pasado para prever en cierta medida el futuro. Y
además, destaca en él el abundante uso que hace de los discursos, atizados para
profundizar en las causas de los acontecimientos. Por todo ello, Tucídides
siempre fue considerado un modelo de historiador imparcial y veraz.
3. Jenofonte. Nació en Atenas en el
430. De clase media, fue discípulo de Sócrates y seguidor de las enseñanzas de
los sofistas. Como escritor es e prototipo del erudito. Se interesó por la
historia, la oratoria y la filosofía, entre las que destaca la Anábasis, las Helénicas, que concibió como una continuación de las Historia de Tucídides, abarcando entre
el 411 al 363. Analizó la grandeza y decadencia de Esparta en la Constitución de los lacedemonios. Relativas a la figura de
Sócrates escribió Memorables y Apología de Sócrates, entre otras
obras. Entre los antiguos gozó de gran admiración entre los antiguos por la
sencillez y dulzura de su estilo y por su afición por la anécdota y las
cuestiones prácticas.
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