OPCIÓN A
Ironías
Entre parado y preparado no hay más
que un prefijo, distancia que, si nunca fue excesiva, con la crisis se ha
reducido hasta extremos insoportables. De hecho, ahora todos los trabajadores
somos, en potencia, preparados. La recomendación tradicional de los padres
("hijo, debes formarte para estar preparado") ha devenido en una
ironía sangrienta, igual que la expresión "jamás hemos tenido una juventud
tan preparada". En efecto, nunca hemos tenido una juventud tan cerca de
quedarse en el paro; la mitad de los que acaben sus estudios este año se
encuentran ya en situación de preparados. El significado se desliza por debajo
de las palabras con el sigilo de una sombra asesina. Estar preparado, que en
otro tiempo quiso decir haber estudiado dos carreras y cuatro idiomas, significa
hoy encontrarse en la situación previa al desempleo, en el umbral del paro, en
la frontera de la desesperación laboral. Ahora que habíamos logrado vivir como
si no fuéramos a morir nunca, vamos a la oficina con la certidumbre de que
nuestro empleo es la antesala del desempleo. Por eso hay también más
trabajadores prejubilados que jubilados y contribuyentes más preocupados que
ocupados. Hubo un tiempo, ¿recuerdan?, en el que el prefijo de moda fue pos:
nos encontrábamos de súbito en la posmodernidad, en la poshistoria, en la era
posindustrial o posanalógica. Parece mentira que un cambio de prefijo implique
un cambio tan grande de cultura. Ahora todo es más premeditado que meditado,
hay también más prejuicios que juicios y presentimos las cosas antes de
sentirlas. Perdido su prestigio el pos, nos hemos dado de bruces con el pre.
Pero no imaginábamos, la verdad, un pre tan duro, un pre de premonición, sobre
todo sabiendo como sabemos desde el principio de los tiempos que no hay
presentimientos buenos, pues no existen los profetas de la dicha.
Juan José Millás, en El País, 11/11/2011
Cuestiones
1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto.
(Puntuación máxima: 1.5 puntos).
2. 2 a ) Indique el tema del texto.
(Puntuación máxima: 0.5 puntos).
2 b) Resuma el texto.
(Puntuación máxima: 1 punto).
3.
Realice un comentario crítico del contenido del texto. (Puntuación máxima: 3
puntos).
4. Analice cómo están formadas las
siguientes palabras, indicando los tipos de morfemas resultantes:
a)
insoportables, b) tradicional, c)
prejubilados, d) posmodernidad. (Puntuación
máxima: 2 puntos).
5.
Exponga las características de los principales subgéneros periodísticos
(información, opinión y mixtos).
(Puntuación máxima: 2 puntos).
OPCIÓN B
MADRE. Hijo, el almuerzo.
NOVIO. Déjelo. Comeré uvas. Deme la navaja.
MADRE. ¿Para qué?
NOVIO (riendo).
Para cortarlas.
MADRE (entre
dientes y buscándola). La navaja, la navaja… Malditas sean todas y el
bribón que las inventó.
NOVIO. Vamos a otro asunto.
MADRE. Y las escopetas y las pistolas y el cuchillo más
pequeño, y hasta las azadas y los bieldos de la era.
NOVIO. Bueno.
MADRE. Todo lo que puede cortar el cuerpo de un hombre.
Un hombre hermoso, con su flor en la boca, que sale a las viñas o va a sus
olivos propios, porque son de él, heredados…
NOVIO (bajando la
cabeza). Calle usted.
MADRE ...y ese hombre no vuelve. O si vuelve es para
ponerle una palma encima o un plato de sal gorda para que no se hinche. No sé
cómo te atreves a llevar una navaja en tu cuerpo, ni cómo yo dejo a la
serpiente dentro del arcón.
NOVIO. ¿Está bueno ya?
MADRE. Cien años que yo viviera, no hablaría de otra
cosa. Primero tu padre; que me olía a clavel y lo disfruté tres años escasos.
Luego tu hermano. ¿Y es justo y puede ser que cosa pequeña como una pistola o
una navaja pueda acabar con un hombre, que es un toro? No callaría nunca. Pasan
los meses y la desesperación me pica en los ojos y hasta en las puntas del
pelo.
NOVIO (fuerte).
¿Vamos a acabar?
MADRE. No. No vamos a acabar. ¿Me puede alguien traer a
tu padre? ¿Y a tu hermano? Y luego el presidio. ¿Qué es el presidio? ¡Allí
comen, allí fuman, allí tocan los instrumentos! Mis muertos llenos de hierba,
sin hablar, hechos polvo; dos hombres que eran dos geranios… Los matadores, en
presidio, frescos, viendo los montes…
NOVIO. ¿Es que quiere usted que los mate?
MADRE. No… Si hablo es porque… ¿Cómo no voy a hablar
viéndote salir por esa puerta? Es que no me gusta que lleves navaja. Es que…
que no quisiera que salieras al campo.
NOVIO (riendo).
¡Vamos!
MADRE. Que me gustaría que fueras una mujer. No te irías
al arroyo ahora y bordaríamos las dos cenefas y perritos de lana.
Federico García Lorca: Bodas de sangre.
Cuestiones
1. Señale y explique
la organización de las ideas contenidas en el texto. (Puntuación máxima: 1.5
puntos).
2. 2 a ) Indique el tema del texto. (Puntuación
máxima: 0.5 puntos).
2 b) Resuma el texto.
(Puntuación máxima: 1 punto).
3. Realice un
comentario crítico del contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos).
4. Extraiga del texto un ejemplo de cuatro modalidades
oracionales diferentes. (Puntuación máxima: 2 puntos).
5.
Exponga las características de las principales tendencias del teatro español
del siglo XX hasta 1939. Cite los autores y obras más representativos.
(Puntuación máxima: 2 puntos).