10 marzo, 2013

Contexto Histórico, cultural y filosófico de DESCARTES. TRG


René Descartes vivió en una etapa de crisis tras las grandes esperanzas del Renacimiento. El 
siglo XVII estuvo marcado por la búsqueda de soluciones a los problemas, y el estado de ánimo 
encontró su expresión en el Barroco, con una visión pesimista donde todo es movimiento y fugacidad. 
Ahora, el tiempo es una obsesión, todo es apariencia y la esencia de las cosas permanece oculta. 
La economía sigue siendo agrícola, pero el hambre, las revueltas sociales y la guerra civil son una 
amenaza permanente, y la población disminuye alarmantemente, con una esperanza de vida entre 25 y 
30 años. La sociedad se mantiene estamental y se agudizan los antagonismos sociales. La 
inestabilidad económica acrecienta la importancia de financieros, de la policía y de la justicia, así como 
provoca la ascensión de mercaderes y fabricantes. 
Aunque los europeos creen en Dios, la certidumbre intelectual de su Fe se ha desvanecido y el 
clero ha perdido mucho poder. La crisis religiosa supone la ruptura de la unidad de Europa. 
Los intelectuales se enfrentan a una grave crisis, las universidades decaen y con ellas el ejercicio 
de la vida intelectual. La nueva ciencia provoca la caída aristotélica del mundo, y la cultura se 
nacionaliza. La teología no puede unificar sus criterios, y la Biblia deja de ser un libro de ciencias. 
Dos hechos capitales influyeron en la concepción del mundo y en la valoración de las actividades 
humanas: el primero fue la invención de la imprenta, que ofreció conocimiento, ya fuera del contexto 
religioso, a los laicos, y que supuso el comienzo de las publicaciones en lenguas vernáculas. 
Por otro lado, el descubrimiento de América y otros lugares demostraron la esfericidad de la Tierra 
y provocaron la aparición de nuevas necesidades tecnológicas y científicas. 
Es característico de este periodo que tras las luchas medievales para la construcción de los 
Estados modernos, las monarquías absolutas intervengan en el régimen interno de los demás Estados 
con un carácter imperialista y dominador. 
En cuanto a la filosofía, la revolución científica del siglo XVII la llevó a situar en el centro de sus 
preocupaciones el problema del conocimiento, preguntándose por el origen y fundamento del 
conocimiento verdadero y por el método adecuado para alcanzar la verdad en las ciencias. 
Las dos grandes escuelas de este siglo, Racionalismo y Empirismo, se enfrentan a la misma 
problemática, pero la enfocan y resuelven de maneras distintas. 
El Racionalismo se caracteriza por conceder la primacía a la razón para alcanzar la verdad y 
sostiene como principio básico que nuestros conocimientos verdaderos de la realidad tienen su origen y 
fundamento en la razón, pues la información de los sentidos es engañosa. 
Para los racionalistas, el ideal de conocimiento es un sistema deductivo, tomando como modelo 
de saber las matemáticas. En este sistema, se parte de unos principios evidentes, que no proceden de 
la experiencia sino que se encuentran en la razón (son innatos), a partir de los cuales se obtiene todo el 
conocimiento humano. 
El Racionalismo tiene la pretensión de alcanzar un saber universal y necesario. Esta corriente 
filosófica supone una nueva imagen del mundo, caracterizada por tres principios: todo lo que sucede 
tiene una explicación, una causa; esa explicación puede ser descubierta por el hombre usando la razón; 
y esa explicación es útil para el hombre tanto para dominar la naturaleza como para organizar la 
convivencia. 
El Empirismo, por su parte, defiende que el origen y fundamento de nuestro conocimiento se 
encuentra en la experiencia sensible. Esta concepción establece un límite claro a las posibilidades del 
conocimiento, ya que no se puede ir más allá de la experiencia sensible; cualquier otro conocimiento 
que escape a los sentidos, será rechazado. Además, significa un rechazo a la existencia de ideas innatas. 
Sus ideales les plantearán un importante problema: explicar cómo se originan, a partir de los 
sentidos, la construcción de las ideas y su desarrollo, por ejemplo, de las matemáticas, de universal 
validez. 

Por otro lado, el método de conocimiento será la inducción, que parte de experiencias particulares para llegar a un enunciado universal. Las figuras más importantes del Empirismo son Locke, Barkeley y Hume. En cuanto al Racionalismo, comienza con Descartes, quien busca la certeza en una época de dudas y engaños, 
donde el cartesianismo será un intento de solución a la crisis creada por la nueva ciencia y el hundimiento de la Escolástica. Este filósofo se opuso a Montaigne, el cual sostuvo la total incapacidad 
del hombre para conocer la certeza. Descartes seguramente tuvo presente el escepticismo de Montaigne, reaccionando en su contra al buscar un criterio de verdad para alcanzar la certeza en el conocimiento.