Esencialmente un escritor de mitos (y a este respecto comparado a veces con Herman Melville), Dostoyevski creó una obra con una inmensa vitalidad y un poder casi hipnótico caracterizada por los siguientes rasgos: escenas febriles y dramáticas donde los personajes se mueven en atmósferas escandalosas y explosivas, ocupados en apasionados diálogos socráticos «a la rusa», la búsqueda de Dios, el mal y el sufrimiento de los inocentes.
En las novelas de Dostoyevski transcurre poco tiempo (muchas veces sólo unos días) y eso permite al autor huir de uno de los rasgos dominantes de la prosa realista: el deterioro físico que produce el paso del tiempo. Sus personajes encarnan valores espirituales que son por definición intemporales. El escritor austriaco Stefan Zweig afirmó de aquellos:
Otros temas recurrentes en su obra son: el suicidio, el orgullo herido, la destrucción de los valores familiares, el renacimiento espiritual a través del sufrimiento (siendo uno de los puntos capitales). la afirmación de la ortodoxia rusa y el zarismo Eruditos como Mijaíl Bajtín han caracterizado el trabajo de Dostoyevski como polifónico: al contrario que otros novelistas, no parece aspirar a tener una visión única y va más allá describiendo situaciones desde varios ángulos; Dostoyevski engendró novelas llenas de fuerza dramática en las que personajes y puntos de vista contrapuestos se desarrollan libremente siempre en un violento crescendo."Apartados del mundo por amor al mundo, irreales por pura pasión de realidad, las figuras de Dostoyevski parecen, al principio, un poco simplistas. Su marcha no es rectilínea, ni persigue ningún fin visible. Estos hombres todos adultos, todos hombres hechos, andan por el mundo a tientas como los ciegos y tienen el torpor de los borrachos. Los vemos detenerse, mirar en derredor, hacer todo género de preguntas, para aventurarse de nuevo, sin esperar respuesta, hacia lo desconocido"
. Monumento de Dostoyevski en Omsk (Rusia)