El hombre en la superficie de la tierra no tiene derecho a dar la espalda y a ignorar lo que sucede en el mundo, y para ello existen causas morales supremas.
Su realismo y preocupación por la humanidad, penetró, mas no se detuvo «en las facetas del espíritu humano», cosa que siempre buscaba en sus escritos. Por lo regular, los personajes de sus novelas eran colocados en las situaciones más extremas, rastreando sus conflictos interiores, sus motivaciones más profundas, sus debilidades y sus anhelos por salir adelante. Consideraba como su deber, en cuanto escritor, encontrar el ideal que late en el corazón del hombre, «rehabilitando al individuo destruido y aplastado por el injusto yugo de las circunstancias, del estancamiento secular y de los prejuicios sociales».
La temática, y el modo de abordarla en sus novelas trágicas, se adelantaron a los estudios psicoanalíticos sobre el inconsciente, al surrealismo y al existencialismo de su época. En cuanto a lo estrictamente literario, tal vez uno de sus grandes aportes a la narrativa haya sido el haber colocado al narrador dentro de la obra, dejando la postura externa de quien relata una historia ajena. Este estilo fue retomado posteriormente por autores de la talla de Thomas Mann, Unamuno y Sartre. De igual forma, su penetrante descripción del alma humana, su implicación emocional con lo relatado, y su aguda descripción social, fueron las bases de su influyente estilo literario. Algunos expertos de la literatura califican el estilo de Dostoyevski como «jocoso y sencillo», Sin embargo, sus grandes aportes literarios e influyentes le hicieron ganarse el respeto de personajes muy importantes como Nietzsche.